No hay muros blancos en Quito, Ecuador
En el Ecuador, hay un dicho: “No hay muros blancos en Quito”. Esto puede significar dos cosas distintas. La primera es que un muro que parece en blanco es, en realidad, un lienzo creado para pintar. Tarde o temprano, y más probablemente temprano, ya no estará más en blanco. La otra es más literal y se refiere a que resulta realmente difícil encontrar un muro blanco en Quito. Hay graffitis por todos lados en esta antigua ciudad, pero no son prominentes como los graffitis estadounidenses urbanos o de pandillas. En Quito lo importante es el mensaje, no la presentación gráfica. Los artistas de los graffitis de Quito, a menudo poéticos y siempre elaborados, se sirven de los muros de la ciudad para hacer comentarios sobre la ciudad, el país, y el estado y la calidad de vida en el Ecuador y el mundo en general. Los graffitis de Quito se han vuelto una forma de discurso y discusión de naturaleza pública, semejante en muchos aspectos a los carteles políticos que se pusieron en la plaza Tiananmen de Beijing en los días previos a la represión por parte del gobierno en 1989. De hecho, estas inscripciones públicas se han convertido en parte del idioma vernáculo de la sociedad, y con frecuencia son citadas por los periodistas, comentaristas y políticos que buscan hablar con la voz de la gente.
Quito es una ciudad antigua, fundada a principios del siglo XVI por los conquistadores recién llegados, y construida sobre un asentamiento inca todavía más antiguo. Como tal, la ciudad cuenta con abundancia de bellas iglesias coloniales, plazas y otras estructuras. Afortunadamente, los artistas de los graffitis han dejado en paz a la mayor parte de estas reliquias culturales, y se concentraron en las edificaciones y estructuras modernas que se hallan en Quito, la capital del Ecuador. Contrariamente a lo que sucede con las estructuras más antiguas, los muros de las fábricas modernas y los viaductos de las carreteras no sufren por hacer de pizarras en blanco para los artistas de los graffitis, aunque quizá esto puede constituir tema de debate para aquellos que no aprueban los graffitis de ninguna manera.
Hay signos que indican que los graffitis, presentes en todo Quito, se están expandiendo hacia otras ciudades del Ecuador. Ya sea que le gusten o no, tiene que admitir que algunos de los mensajes más elaborados consiguieron su propósito: provocar la reflexión. Considere el siguiente mensaje: “Es más fácil describir lo que no es amor”. ¿No le parece que le da una paliza a “SAMO666”?