Ecuador: Mar azul, mar de verdes

Aunque el Ecuador es uno de los países más pequeños de América del Sur (casi tan grande como el estado de Nevada), su clima y su geografía son sorprendentemente variados. La costa del Pacífico es cálida y goza de un clima tropical. Las cosas se enfrían rápidamente a medida que uno se dirige al oeste hacia los imponentes Andes. En el Ecuador, los Andes son elevados y secos y están cubiertos de nieve. Muchos picos superan los 4,500 metros (15,000 pies) de altura y el más alto es el Chimborazo, de 6,267 metros (20,561 pies).

El Ecuador también tiene volcanes, cerca de 30; el más alto de ellos es el Cotopaxi que con sus 5,910 metros (19,388 pies) es uno de los más elevados del mundo. A medida que se avanza hacia el este, los secos valles y mesetas de la región andina ceden el paso a la aparición de colinas bajas y onduladas. El clima se torna húmedo y tropical una vez más a medida que las colinas se aplanan en una llanura selvática, un mar de verde que se extiende varias millas más allá del límite con el Brasil.

Hay otra parte del Ecuador que se vale por sí misma. Son las afamadas Islas Galápagos, ubicadas en el Océano Pacífico aproximadamente a 965 kilómetros (600 millas) al oeste del territorio continental ecuatoriano. El remoto archipiélago de aproximadamente 60 islas (13 de gran tamaño, 8 más pequeñas y 40 islotes) fue descubierto accidentalmente cuando un barco español se desvió de su curso a principios del siglo XVI.

Durante varias centurias, las islas sirvieron de base de operaciones de piratas y balleneros, quienes redujeron la población de mamíferos marinos de las islas y el número de tortugas gigantes. El evolucionista Charles Darwin visitó las islas en 1835. El modo en que la vida silvestre de las Islas Galápagos se había adaptado a las diferentes condiciones de vida en las distintas islas inspiró a Darwin y lo llevó a publicar “El Origen de las Especies” en 1859.

En la actualidad, las Islas Galápagos se consideran Patrimonio de la Humanidad, declarado por la UNESCO, y constituyen una atracción turística muy concurrida.