Una ayuda para construir hogares en el Ecuador

Lo sorprendente de Ecuador es que, pese a que hay más de un 90% de personas alfabetizadas, hay un alto nivel de desempleo y subempleo. Las familias con frecuencia carecen de una fuente de ingresos regular o apropiada, lo cual impide que obtengan cualquier tipo de crédito de bancos y otras instituciones financieras. Hay una escasez crítica en el suministro de viviendas apropiadas, ya que los pobres no pueden costear la compra o el alquiler de viviendas dignas.

Las catástrofes naturales, tales como los terremotos, las erupciones volcánicas y las inundaciones se suman a las contingencias de la vida y la destrucción de cualquier clase de hogar que puedan tener. Las ONG locales han ayudado con frecuencia a construir refugios temporales de bambú que terminaron por ser viviendas vitalicias. Una porción sustancial de la población habita en viviendas precarias y moradas provisionales que se han convertido en sus hogares permanentes.

Muchas organizaciones internacionales de voluntarios, incluido Hábitat para la Humanidad, han hecho de la construcción de hogares su proyecto primordial en el Ecuador. Estas casas de ladrillo se construyen con la cooperación de las ONG locales y los beneficiarios también participan del proyecto. Se capacita a los lugareños en el oficio de construir casas de ladrillo y argamasa. Los proyectos cuentan con voluntarios internacionales que consideran que ésta es una oportunidad única para ayudar a otros y aprender sobre la comunidad.

Un viaje al Ecuador puede combinar las visitas a lugares de interés, el turismo de aventura y el servicio a la comunidad. Incluso un viaje de tres semanas puede incluir cinco días de voluntariado en una organización como Hábitat. Para participar no es necesario contar con experiencia en la construcción de hogares. ¡Únase a un equipo y aprenda la tarea sobre la marcha!

Un maestro ladrillero lidera cada equipo de construcción de casas, guía a los otros y supervisa la construcción. Se utilizan ladrillos fabricados a nivel local, que son más económicos y contribuyen con la economía local. Primero se los remoja en agua y luego se los acomoda perfectamente alineados para levantar las paredes. Los voluntarios ayudan a cavar, mezclar el hormigón y llevar y colocar ladrillos, bajo la mirada atenta del maestro o líder experto del equipo.

Incluso cinco días en un programa de voluntariado es una experiencia inolvidable. Es una oportunidad maravillosa de interactuar con los lugareños y hacer que su mundo sea un lugar mejor. Haga su parte y luego continúe con el resto de sus vacaciones para disfrutar la asombrosa belleza del Amazonas.